sábado, 23 de noviembre de 2013

CLARIVIDENCIA Y SABIDURÍA… Transcurrieron cinco largos años desde aquella visita memorable a Fukino…Quiso el azar que visitara nuevamente su ciudad en aquel lejano país, y me propuse no desperdiciar la oportunidad de verlo nuevamente. Seguía viviendo con su madre en la humilde vivienda de un barrio periférico. Ella, como la vez anterior me recibió con un batón gris abotonado por delante y largo hasta los tobillos… Con su sonrisa perenne… amplia y angelical. También como la vez anterior, me pidió que ocupara un a de las sillas de su comedor, mientras ella se aseguraba que su hijo no estuviera ocupado y pudiera recibirme de inmediato. En la sala donde Fukino me atendió, parecía haberse detenido el tiempo…El mismo muchachón rechoncho, con sus ojitos ciegos que parecían leer el alma del entrevistador…con su imagen de Buda tibetano y su sonrisa amplia y acogedora…Como dije aquella vez, Fukino se las ingeniaba para hacer sentir muy bien a sus huéspedes, al punto de parecerles que les había estado esperando y se sentía la mar de feliz de recibirlos. De un centro musical próximo, brotaba un Nocturno de Chopeen, en bajo volumen, como para no dañar la entrevista y a la vez darle un halo de encanto y magia. Luego de estrecharme efusivamente ambas manos, me pidió que me sentara junto a él…y para colmo de mi asombro, me dice: “Percibo que vas detrás de respuestas a tus dudas existenciales… Y son muy profundas…¿no es cierto?... ¿Qué es lo que te altera?...el misterio de la predestinación?...¿El cómo y el porqué del libre albedrío?...O sea…no cesas de preguntarte ¿ porqué Nuestro Señor permite que pasen las cosas que pasan?... Una vez más quedé estupefacto por su perspicacia y su clarividencia… ¡Sí!...le dije en un hilo de voz-, vengo de un mundo que se desangra…donde todos parecen estar contra todos…Lleno de injusticias, agresiones, desamor…He sido creyente toda mi vida…Pero…no tengo respuestas para quienes me interrogan al respecto. ¿Por qué el Señor es permisivo ante tantas desventuras?. Fukino guardó silencio un par de minutos que a mi se me antojaron una eternidad…Luego, retomó su sonrisa y comenzó a hablar: “¿Recuerdas aquel cuento del hombre que estaba por sufrir una inundación en su casa, verdad? Si, -respondí-, ¿te refieres a aquella en que un miembro de Defenza civil le comunica que debe abandonar su casa pues en poco tiempo la misma va a quedar cubierta por las aguas? Esa misma dijo el joven…¡esa misma!. Bueno…recordaras que argumentó para no abandonarla, que él confiaba en Dios… y por eso el Señor lo iba a sacar del apuro…Te acordarás también que cuando el agua llegaba a mitad de su ventana, vino a rescatarlo una lancha…Y él volvió a su tesitura anterior. Finalmente debió subirse al techo…y allí llegó para sacarlo de su situación un helicóptero…Por una nueva vez el hombre comunicó a sus salvadores, que su fé en Dios seguía intacta…por lo que no necesitaba que nadie acudiera en su ayuda. Como es obvio…el hombre se ahogó. Y al llegar al cielo, lo primero que hizo fue reprocharle a Dios el haberlo dejado sucumbir…siendo que en Él había depositado su confianza que ahora se sentía traicionada. El Señor sin inmutarse le dijo: “Pero..hijo mío…primero te envié a un señor que te avisó lo que se venía… y te quiso sacar de allí antes de que llegara el agua…Luego te envié una lancha para abandonar el sitio…y finalmente un helicóptero para que te rescatara sin un rasguño…Estoy seguro que si hubiera seguido enviándote salvatajes…igualmente no lo hubieras utilizado…Porque mas que salvarte buscabas experimentar el milagro…y en mi caso Mi milagro es toda lo que le he dado a la creación. ¿Recuerdas lo que Jesus le respondió al demonio cuando le propuso que se tirara desde lo alto del templo, sabiendo que Yo lo iba a resguardar? Le dijo simplemente: ¡No tentarás al Señor tu Dios!. Tú tampoco interpretaste donde estaba Mi milagro…No evaluaste que ese hombre y esas máquinas, son el portento en sí mismo. Miles de millones de células, cientos de cerebros y una inmensa cantidad de materias creadas por Mi, componían ese grupo humano-mecánico que pudo ir en tu ayuda. Buscas el milagro en cosas exóticas…cuando el mismo reside en las pequeñas y grandes cosas de todos los días…Es un milagro la concepción…el paso del vientre de una mujer al mundo…el crecimiento…la extraordinaria maravilla del desarrollo de tu cerebro y tu cuerpo…la propiedad de ver las cosas de palparlas, oirlas y gustarlas..., de tener sentimientos, de poder crear cosas fabulosas y, sobre todo, el mayor de todos los portentos… que es precisamente poder crear vida..y experimentar el amor… Fukino, bebió un sorbo de té y continuó hablando como siempre lo hacía…con una inmensa sabiduría pero sin afectación. Mira,-me dijo-, si un día se te ocurre preguntarle a Dios que es lo ha hecho para evitar los cataclismos, la miseria y las guerras, El seguramente te repreguntará—¿No sería mas acorde que me cuentes que es lo que haz hecho tú y tus congéneres al respecto? …¿Cómo utilizaron todo lo que he creado para Uds?...¿¿Qué han hecho con la inteligencia de que los doté? ¿La han usado para beneficio de todos sus hermanos… o para crear armas letales para destruirlos?¿Se han preocupado por crearles un mundo lleno de amor…o de odio?...¿Han sido magnánimo con lo que han recibido… o lo han aquilatado egoístamente para uso propio? ...¿Se contentan con cubrir sólo sus necesidades…o tratan de que estén satisfecha la de sus hermanos mas urgidos? Hijo….Yo he hecho para ti un mundo para gozarlo…¡y te he enseñado a bien usarlo!!…¿Y tú? ¿Qué has hecho con él?...¿No ves que los niños hoy en lugar de abrazarse a sus padres, lo hacen a sus peluches? E intentan mitigar sus miedos con imágenes de terroríficos muñecos que personifican a legendarios guerreros!!...¿No ves que el hombre en lugar de confiar en Mí, utiliza la pata del conejo y las irrisorias cábalas que el mundo les brinda? Se jactan de no creer en lo Divino …y me reemplazan por todo tipo de fetiches…En el poder y la fortuna buscan la fortaleza y la seguridad que no quieren buscar en Mí. Fukino calló por un momento y luego recomenzó: Tú sabes que los Egipcios adoraban al sol…a quien llamaban “Ra”…En presencia de él se sentían seguros y confiados…tenían en claro que su magnificencia les daba la luz y el calor que necesitaban para saber donde llegar sin tropezar, y además tenían en claro que sus rayos doraban sus mieses y favorecían la germinación de sus semillas… También sabían que el dios Sol desaparecía todos los días tras el horizonte…y tenían en claro que durante su travesía nocturna iba a toparse con los dioses perversos…Que además debía recorrer una gran distancia a través de mares y montañas antes de reaparecer- Por ello cada mañana, al verlo brillar victorioso, lo festejaban con regocijo. Y trataban de hacer todo lo posible para agradarle y asegurar siempre su retorno, añorando el buen trato que sus hijos le dispensaban… Ellos y el sol, tenían una convivencia perfecta, que entre otras cosas, los inducía a comportarse dignamente y ayudarse mutuamente para agradarle…entendían que en la conducta de cada uno estaba la seguridad de que el dios nunca los iba a abandonar. A nuestros congéneres les ocurre algo parecido…pero actúan todo lo contrario de aquellos antiguos Egipcios. Los padres temen hablarle a sus chicos sobre la Divinidad…creen que de hacerlo le crearán traumas…Los jóvenes confiesan no tener la menor idea de quien es…y aseguran que fueron instruídos en la religión de lo que se ve y se toca…Que deben desconfiar de todo y de todos porque cocodrilo que se duerme…reaparece como cartera…¿Me sigues? ¡Bueno entonces!..el Señor te ha creado y se ofrece a acompañarte durante esta dura existencia…Está en vos elegir si vas con El o vas solo…Si eliges esto último te verás en dificultades para avanzar…¡es muy difícil la vida sin la ayuda divina!...Sea cual sea el nombre del Dios en que creas. Pero…lo mas triste de todo esto es que en su fuero íntimo todos saben la verdad que hay en lo que te estoy diciendo…Y por eso al no querer buscarlo porque le han enseñado de su inexistencia, lo reemplazan por los becerros de oro que el mundo les ofrece. …La droga, el libertinaje, el alcohol…las noches fuera del ámbito familiar…el engaño del falso confort que la tecnología moderna les brinda. Destruyen la familia…que es lo que más se aproxima en este mundo a la seguridad Divina…No quieren por nada del mundo mirar “para adentro”…Le temen inmensamente a la voz de su conciencia…y por eso se aturden ante aparatos que funcionan a decibeles que sus oídos no pueden apreciar. De acuerdo Fukino…está bien tu diagnóstico…Pero…¿Qué remedio hay para todo esto?...Hay que esperar la aniquilación como ocurrió con Sodoma y Gomorra? ¿Hay que aguardar un nuevo diluvio?... Fukino agrandó su sonrisa y lentamente volvió a hablar…¡No! No hermano!...La historia tiene un único fin práctico… y es conocer los errores del pasado para no repetirlos en el futuro. Poco a poco el hombre se irá dando cuenta que “es carne de diván”…pero que el sicoanálisis no le asegura el camino. Y cuando acepte que sus hijos ya no le pertenecen…que el amor que es lo mas bello que un hombre puede sentir…ha sido reemplazado por” contratos de parejas”, que sólo aseguran poner a resguardo sus fortunas… pero a costa de sus propios sentimientos. Cuando acepten que a los narcotraficantes no se los vence por la fuerza…sino dejándolos “sin clientes”… y que eso sólo se podrá lograr cuando sus hijos tengan un hogar que les dé amor y seguridad…Recién allí el hombre recuperará el paraíso terrenal que perdió tan sólo por querer reemplazar a Dios..y ser superior a´El… Mientras viajaba de regreso,-aún impresionado por las palabras del joven maestro-, recordé una de las fábulas de Phedro, que aprendí en las clases de Latín en el viejo Nacional N° l de Rosario…Decía el fabulista, que una zorra encontró una máscara de actor trágico. Al verla admirada expresó: ¡Cuanta belleza!...¡Lástima que no tiene cerebro…ni corazón!