martes, 25 de octubre de 2011

"TERREMOTOS EN EL ALMA"

               JONATAN se mostraba esa mañana mas alterado que de costumbre. Ya no soportaba todo aquello que rodeaba su vida...Un sentimiento de rechazo se iba agigantando en el, contra  ese pueblito donde había nacido y crecido. Tenía realmente miedo de llegar a odiarlo...pues ese sentimiento, por fortuna, nunca había tenido cabida en su corazón por nada ni por nadie...
           Su desasosiego fue en aumento al recordar que debía salir a la calle; donde día a día se cruzaba con las mismas caras, con los mismos saludos de circunstancias...con las mismas sonrisas fingidas. Además...difícilmente podría evitar al viejito Juan...que además de curioso era sordo...Había que hablarle a los gritos...e igualmente entendía todo al revés...y preguntaba y repreguntaba cosas que al fin de cuentas no eran de su incumbencia.
           Se cruzaría con sus compañeros de colegio...escucharía sus cuentos tontos...los juegos de pelota, que antes le causaban tanto placer y que ahora le resultaban fatigosos y aburridos. Las charlas insulsas de los chicos y de las chicas...más tediosos ellos mismos que sus mismas conversaciones...El farol de la media cuadra,-siempre roto-, pues cuando lo arreglaban los pibes lo volvían a romper con sus gomeras. El odiado edificio de su escuela donde cursaba su séptimo grado...y donde sinceramente no sentía el mínimo deseo de concurrir. La plaza pública, con su obligatoria "vuelta al perro “de gente cansada de verse, pero que no contaban con otra diversión. El chusmerio  de las amigas de su madre cuando concurrían a su casa a tomar el te...aprovechando para "sacar el cuero" a cuanto vecino trajeran a colación en sus charlas. Los repetidos sermones de su mama...la música inaguantable y estridente del centro musical de su hermana o las muy aburridas sinfonías de Beethoven que deleitaban a su padre. Los cerros que tapaban el sol y traían las sombras antes de tiempo...las luces mortecinas de las callejuelas desiertas y silenciosas...la campana de su escuela que sonaba a sus oídos como las de un funeral.
           Jonatan, melancólicamente, observaba el panorama desde su ventana, y de un pensamiento a otro, llego a la atroz conclusión, que a su pueblito, solo podía salvarlo una bomba que cayendo en su centro, lo destruyera totalmente...para luego recomenzarlo.

            Esa noche, apenas finalizada la cena que apenas probo, se retiro a su dormitorio para intentar el sueno que lo saque de sus negros pensamientos...Varias horas después observo que la lámpara colgante de su cuarto se movía...primero lentamente...luego mas rápido hasta alcanzar un frenético juego pendular. Los muebles y todo lo que había sobre ellos, acompañaban con un vaivén desenfrenado. Las paredes se rajaron en forma transversal, y el revoque al caer levanto una espesa polvareda que lo asfixiaba y le impedía la visión...A tientas salió del cuarto y busco la puerta de calle. A la luz tenue del amanecer percibió a lo lejos su escuela y la plaza destruidas...Las calzadas y veredas presentaban rajaduras que simulaban profundos cráteres...El farolito de la media cuadra mostraba su vástago partido al medio.
            Con angustia llamo a sus padres, pero nadie le respondió...El cielo estaba cruzado por feroces relámpagos, mientras el estruendo de los rayos ensordecían el ambiente.
            El joven con desesperación, cayó en la cuenta que allí era el único que estaba en pie. En su angustia se pregunto...que será ahora de mi?...como podre vivir sin mis padres y mi hermana?...quien va a venir a socorrerme, si he quedado solo?
            Jonatan se dejo caer y comenzo a sollozar...de pronto sintió que alguien lo sacudía...Era su mama, que se alarmo al escuchar su llanto y lo zamarreaba para que despertara.
            Empapado en sudor, comprobó con inmenso alivio, que todo había sido una cruel pesadilla. El terremoto no había existido....Se abrazo a su madre y dio rienda suelta a su llanto, que era el resultante de un desahogo ante tanta emoción contenida...y la felicidad de que todo hubiera sido solo eso: una cruel pesadilla!!!
            La madre lo tranquilizo, transmitiéndole su cariño y la seguridad que solo pueden transmitir los brazos de las madres. Luego, volvió a dormir, y por fin su sueño fue sereno y reparador.;

             Por la mañana, Jonatan se levanto, y lo primero que hizo fue abrir de par en par su ventana. Vio la calle...Ayer se le antojaba detestable...Ahora en cambio la descubrió hermosa. Observo el farol de la media cuadra y se prometió a sí mismo, hablar con los chicos para que nunca más utilicen sus hondas contra el...porque,-se dijo-, no debe haber otro más luminoso y gallardo...
 Salió a la calle aun antes de desayunar...troto alegremente por ellas y busco el encuentro con el viejito Juan...Este se asombro al ver que,-no solo no lo evitaba-, sino que lo abrazo con afecto, y a los gritos le dijo que estaba para responderle todo lo que quisiera preguntarle.

            Prontamente se encamino hacia su escuela...la portera se sorprendió al verlo allí y le dijo: Que haces a esta hora por aquí?..si sos del turno de la tarde!  Te caíste de la cama??
             Jonatan en un hilo de voz, le conto que quería ver su escuela esa mañana...que deseaba pasear por su patio...que le gustaría visitar su aula y esperar la campanada de la media hora del reloj de la entrada. Si me permite quiero escuchar el tañido de la campana cuando los chicos salgan al recreo...y entre otras cosas, quiero verla a Ud. barriendo las baldosas
            La mujer, lo vio marcharse y se dijo para sí: Quien entiende a los jovencitos de hoy en día? Son demasiados difíciles para que mi viejo cerebro los comprenda!!  En fin! y siguio con lo suyo...
            El chico se dirigió a la plaza. Sentado en un despintado banco de madera la contemplo con deleite...como es que antes no me di cuenta de lo bella que era? Habrá otra como esta en algún lugar del mundo?...pensó, mientras  inundaba de ternura su espíritu al ver sus flores amarillas y rojas, los fresnos que la cercaban, y la gente que despreocupadamente cruzaba por sus caminitos desparejos.

                  Jonatan rememoro su sueño...\\Un terremoto debe ser algo terrible...aterrador...destructivo. La maestra les había dicho una vez, que se trataba de una inestabilidad de la corteza terrestre...y que luego de los sacudones, ella se reacomodaba y se quedaba en paz por muchos años.  
Nadie entendió mucho de lo que ella explico...solo a Charles,-el olfachón del curso-, se le ocurrió buscar en el diccionario. Pomposamente declaro que inestabilidad significaba que algo no tenía estabilidad...y reacomodarse venía a ser algo así como volver a acomodar las cosas en su lugar...

           En mi caso, pensó el chico-, me ocurrió lo mismo que a la corteza de la tierra...como ella necesite de un sacudón para que luego volviera a mí la paz perdida. Tenía razón la maestra de catecismo, cuando nos dijo: Dios lo hizo todo bello...lo único que nos hace falta es poder darnos cuenta de ello...

            El terremoto de su sueño se había llevado su rutina...su malhumor...su ceguera ante la belleza que tenia ante si, y que el se empecinaba en no querer percibir...

             De ahora en mas,-se prometió a sí mismo-, me sentiré feliz rodeado de la gente...con mi escuela...con las charlas.los juegos y los cuentos de mis compañeros. Con mi plaza, con las calles y veredas descascaradas de mi pueblito...con el farolito de la media cuadra,-sano o roto-...con la música de mi padre y la de mi hermana...aun con las reprimendas de mi madre, que ahora me sonaran a melodía...

            Mi terremoto no me quito nada...al contrario...me trajo de vuelta la felicidad perdida...la dicha de reconocer en cada cosa y en cada persona, la belleza que encierran por el solo hecho de existir...y de formar parte de la creación divina.
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